Taller (6 a 12 años de edad)
“La educación entre los seis y los doce años de edad no es una continuación de lo que ha pasado antes, aunque se ha construido sobre esa base… El conocimiento puede ser lo mejor cuando se tienen ganas de aprender, por eso, en este periodo es cuando se pone las semillas de todo lo que se puede sembrar, la mente del niño es como un campo fértil y está preparado para germinar dentro de la cultura… Si se preguntan cuántas semillas se pueden sembrar, mi respuesta es: “¡las máximas posibles!”. Pero dar toda la cultura moderna es imposible y así surge la necesidad de un método especial, mediante el cual todos los factores de la cultura pueden ser introducidos a los seis años de edad; no en un programa de estudios impuesto para él, o con la exactitud de los detalles, pero sí con el máximo de semillas de interés. Esto se llevaría a cabo en la mente del niño, pero germinarán después, cuando sea más directo, y cuando el niño esté preparado como individuo para adaptarse”
María Montessori, Educar el Potencial Humano
El ambiente de Taller responde a las necesidades de desarrollo de los niños en la segunda etapa (6 a 12 años), momento en el que poseen una mente razonadora y moral. En el niño hay una sed de conocimientos sobre el mundo y el universo, la cultura, las ciencias y las artes. Tiene un interés vasto por el funcionamiento interno de todas las cosas en el Universo, por lo que la Educación Cósmica es la respuesta a las necesidades de esta etapa.
El niño de Taller es sensible a las tendencias humanas de exploración (todo lo que le rodea y lo que puede imaginar; el universo entero) y orientación (interesados en el mundo exterior). Esto nos lleva a darnos cuenta de que el ambiente escolar y familiar ya no es suficiente, por lo que es preciso ampliar sus experiencias con salidas externas en pequeños grupos y según sus intereses. Las visitas a museos, fábricas, personas de diferentes profesiones, universidades y espacios físicos como el campo o la playa, se convierten en un ingrediente elemental durante esta etapa.
Las herramientas con las que cuenta el niño son: una mente que razona, un gran poder de imaginación, el surgimiento de una conciencia moral y el significado de justicia por lo que surge la necesidad de que existan congruencia y consistencia por parte del adulto que interactúa con el niño para que este pueda confiar en él.